jueves, 18 de junio de 2009

De diente en diente y si sigo así me tiro a la corriente...

A la corriente del río, a la corriente alterna o a la calle Corrientes del Buenos Aires querido... Por cierto, os conté alguna vez que mi abuela (la que me queda y está a punto de cumplir 95 tacazos) nació allí?. Y que me encantan los tangos ¿os lo conté? (oir las letras y escuchar la música, que lo del baile no se me dá)
Bueno, otro día os lo cuento, que ahora quería contaros mis aventuras con ¡el diente!, sí ese que en semana santa me pegué con loctite...
Me lo habían dejado "guapo a maza", como si fuese de verdad, quiero decir permanente y no el cascarrio de diente de leche ese que tengo... Pues ayer con el desayuno ¡a la mierda! (bueno, a la mierda no llegó, porque no me lo tragué de milagro). Se cayó la reconstrucción entera... De los "cuetes" me puse, no podía ser en otro momento, pensando que el domingo me voy de vacaciones...
Hice pruebas para encajarlo... ni pa dios, demasiado grande, esperé a que abriera la consulta del dentista y empecé a llamar... Dos horas y media hasta que la imbécil de la enfermera decidió que ya debía de ser hora de quitar el contestador... No estaban los jefes y a saber si no estaría de "escaqueo" la pedorra de ella. Es que no la trago, me cae fatal, es una mema, una inepta y encima va con un aire de "doña eficientísima" grrrrr, no puedo con ella.
Menos mal que me dieron vez para hoy y ya me lo han arreglado. Esta vez el proyecto ha sido bastante menos ambicioso, tamaño diente de leche y a ir pensando en poner un implante, porque los restos del diente deciduo son mínimos (lógico, 20 años conservandolo con reconstrucciones, el pobre no dá pá más).
No me cobraron y menos mal, porque entonces hubiera montado un número... Desde abril no he salido de allí, así que mi "presupuesto dental"está de ni me toques 1 céntimo ya.
¿Por qué leches me hice yo veterinaria?... No si cada vez sospecho más que yo vengo con una tara mental de fabricación...
Bueno, otro rato os cuento alguna historieta más. A ver cómo se dan las vacaciones, me voy a Mérida, Trujillo, Cáceres... Todo será que me funda con estos calores. Chao, chao!!

5 comentarios:

eue (o sea, yo la gallega) dijo...

Pues no, no sabía que te gusta el tango. ¿Conoces la pieza en forma de tango de Les Luthiers?
Pues para que el/la anónimo/a ese/a con el/la que me comparas no sea el/la único/a que te manda versos, te mando la piecita en forma de tango, que si la Perni sigue esquiva a mis devaneos voy a tener que ir abonando otros terrenos... y si deja de resistirse a mis encantos, de todas formas, siempre podemos hacer un trío, igual ella te busca en la mula la música ya que yo pongo la letra... je, je, je

Pieza en forma de Tango, de Les Luthiers:

Cuando llego al bulín que vos dejaste
esa tarde de copas y palabras
rememoro el amor que me juraste
y los besos que a la noche vos me dabas.
En las horas de escarnio y amargura
me pregunto si fue cierto tu cariño
y aunque busco en el hembraje no hay ninguna
que como vos, me quiera como a un niño.
¿Por qué te fuiste... mamá, con ese gil antipático?
¿Por qué te fuiste mamita, dejándome en mi dolor?
¿Por qué te fuiste mamá... con ese señor mayor?
¿Por qué te fuiste, viejita? ¿Qué tiene él que yo no?

(Dictando a un mecanógrafo mientras suena el repiqueteo de las teclas de tu Underwood)
Querida vieja:
Decí por Dios que me has dao, que tengo el corazón hecho pedazos.
De chiquilín te miraba de afuera... afuera... eso.
Viejita, qué noches llenas de hastío... emmm... y de frío... Punto y aparte... No, no, aparte, aparte.

Cantado otra vez:
En la esquina del herrero la percanta
mano a mano con la seda y el percal
mira al músculo que ni una vez descansa
el romance otario araca vil metal.
Metejón, taimado, taita guapo,
cafetines, suburbios, arrabales,
conventillo, Pompeya, esquina y tango,
ilusión de gigolós sentimental... les
¿Por qué te fuiste, mamá? Poca ropa me lavabas...
¿Por qué te fuiste, mamita? Raras veces te pegaba...
¿Por qué te fuiste, viejita? ¿Por qué ya no estás mamá?...
Como madre hay una sola... amurado me largás...
Si no me pasas más guita... me viá vivir con papá.

Ana P. dijo...

Ya sabes que yo experiencia con los dientes poseo, tanto con el de leche (que acabó implantado), como con lo de tragarse piezas que se van a la mierda (literalmente) y todos sabemos que son recuperables e incluso reimplantables. Y de todo se sale, por cierto, yo debería ir a visitar a mi dentista porque incluso tengo experiencia en que se rompan piezas de porcelana, pero de momento lo voy a dejar para otro rato.

Alité vuelvo a decirte que no, pero no porque no te quiera (ya lo sabes) sino porque no te deseo, no te amo, no tengo mariposas en el estomago cuando te veo, no me pones, no me das morbo, así que sinceramente te digo que no sigas perdiendo energías conmigo y que vayas "abonando otros terrenos" que te den más satisfacciones, en todo caso intentaré lo del trío buscando la música.

Buenas vacaciones Zula y que el calor te sea leve.

Perni

eue dijo...

Si el problema es hacerte sentir mariposas en el estómago cuando me veas, tengo la solución:
En cuanto me confirmes que ese es el problema (antes no, que me da mucha pereza) me meto en la cocina (¡Me meto en la cocina! ¿te das cuenta de lo que soy capaz de hacer por tí?) y arrojo sobre la mesa bien limpia un montoncito de medio kilo de harina en el que prepararé un cráter, simulando el volcán de mi pasión, y en ese cráter arrojaré, como arrojo en tus oídos vanos requiebros, tres huevos, tres (no dos, sino tres, no cuatro, sino tres), antes de dejarme llevar por el desenfreno amasador que me permitirá, añadiendo agua con la pausa, paciencia y delicadeza que sólo a tí te dedico (bueno, y a Carlos, y a tantos otros... no me voy a descubrir aquí), convertir ese volcán que te dedico en la uniforme y consistente masa suave que has de llegar a ser en mis manos, aunque a tí no te he de estirar como a ella, rodillo en ristre, para dejarla finísima y delicada cual mis neuronas en este momento. Será entonces cuando la corte en cuadraditos ni muy grandes ni muy chicos, como tus ojicos.
Y otro día te seguiré contando qué tiene esto que ver con sentir mariposas en el estómago, que luego decís que me enrolo mucho en los mensajes. Ea, he dicho.

Y felices vacaciones tú, Zulima la pacífica, tú que puedes cogerlas ya...

eue dijo...

Por cierto, acabo de leer una reflexión de Aleida, un personaje de ficción colombiano, que me ha hecho de nuevo pensar en tí y tu forma de decidir que no soy tu tipo:
¿en qué momento las mariposas en el estómago pasan a ser parásitos? ¡Ten cuidado con ese síntoma cuando te enamoras!

Unknown dijo...

¿Como hemos pasado del diente de leche, a este rollo bollo? Inescrutables caminos...