sábado, 11 de abril de 2009

La aventura absurda de la semana santa

No os creais que por ser semana santa no me tenía que acontecer alguna estupidez de las que habitualmente me ocurren. Os la contaré para que podais reiros un rato.
Mediodía del mércoles santo (8 abril 09), voy a comer a casa de mamá, porque vienen los tíos de Ponferrada y hace mucho que no nos vemos. Estoy terminando el segundo plato, cuando... ¡a tomar por el saco el empaste del diente de leche!.
Ya, ya, no es para tanto, pensareís, y quizá no lo sería si no fuese un colmillo (que se ve a la legua el hueco si no está el empaste-reconstrucción) y no quedasen por delante ¡4 días de fiesta!.
Como afortunada o desafortunadamente no me tragué el dichoso empaste (es má grande ya de lo que me queda de diente), lo lavé bien lavado y me lo encajé en el "bujero" del pobre y rudimentario trozo de colmillo de leche. Quedó apañado. El problema es que se movía bastante y en cuanto comiese otra cosa se iba a caer otra vez, así que puse mi "prodigioso cerebro" a trabajar: ¡pegamento!.
En casa de mis padres no había superglú3 alias loctite, que parecíame a mí lo mejor para pegar aquello....
Así que antes de ir a la clínica, pasé por el único sitio abierto que podían vender algo así: el "todo chino", osea, un bazar de chinos, donde venden de todo y por supuesto multitud de pegamentos. Cogí un cianocrilato (es la composición del loctite) de aplicar con pincel, de marca "nisu" y llegué a la clínica cinco minutos antes de abrir al público. Me pegué unas pinceladas de pegamento en la unión empaste-diente y así estoy, esperando que la semana que viene pueda ir al dentista y me arregle este desastre. Confío en que mi genial idea no haya sido una cagada monumental y ahora no me puedan arreglar el diente en condiciones.
Pero bueno, no me intoxiqué, no se me pegó el labio al diente, ni me cayó en la lengua el pegamento (ya sabeis las quemaduras que provoca el cianocrilato), y "cara a la galería" parece que el diente está ahí normal y no parezco la bruja piruja desdentada...
¿Por qué me pasaran estas cosas a mí y siempre en los momentos más inoportunos? Es que tiene huevos la cosa, con casi 35 años y un colmillo de leche... encima todo reconstruído

No hay comentarios: